Todos tenemos la obligación de hacer cuanto esté a nuestro alcance para promover el bienestar de nuestro prójimo. Si usted ama a alguien que está arruinando su vida por creencias equivocadas y no hace nada porque teme lo que otros puedan pensar, podría parecer que en lugar de ser amoroso, usted en realidad esté siendo cruel.
La vida tal y como la conocemos, con sus altos y bajos, pronto acabará, y todos rendiremos cuentas ante Dios de cómo hemos vivido.
- William Wilberforce, "Cristianismo Real", (Casa Creación, 2007), 19,20.
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