Los dos ingredientes esenciales son el tiempo y la obediencia. Se necesita de tiempo para cultivar una relación, y a menos que no apartemos de manera consistente tiempo para disciplinas como la soledad, el silencio, la oración y la lectura de la Escritura, nunca llegaremos a ser íntimos con el Señor. La obediencia es la respuesta apropiada a esta comunicación, ya que la misma es nuestra expresión personal de confianza en las promesas de la Persona que estamos llegando a conocer (Dios). Cuanto más impresionados estemos de él, menos impresionados estaremos de la gente, el poder, y las cosas materiales.
Kenneth D. Boa, Conformed to His Image: Biblical and Practical Approaches to Spiritual Formation, Zondervan (August 7, 2001), Kindle Loc. 530
No hay comentarios
Publicar un comentario