Nuestra cultura asocia el trabajo con la búsqueda del éxito, la importancia, la provisión, la estima y el propósito. Pero las Escrituras, por el contrario, nos enseñan que es Dios, no nuestro trabajo, a quien debemos buscar para estas cosas (1 Corintios 4:7; Filipenses 4:19). Por lo tanto, los creyentes deben llegar a ver a Dios como su fuente de provisión, y a sus trabajos, como un medio que Dios utiliza para abastecer sus necesidades. Si miramos a nuestros clientes y empleadores en lugar de al Señor como nuestra fuente de provisión, estaremos mucho más inclinados a usarlos y manipularlos, en vez de servirles y ministrarles.
Kenneth D. Boa, Conformed to His Image: Biblical and Practical Approaches to Spiritual Formation, Zondervan (August 7, 2001), Kindle Loc. 4657
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