Humildad: La iglesia en el mundo de hoy no puede ser triunfadora y arrogante. Tenemos que ser servidores de los incrédulos que se encuentran a nuestro alrededor.
Coraje: Se necesita coraje para hacer lo que nos toca a los cristianos hacer en muchos momentos, pero muchos de nosotros tenemos miedo de tomar riesgos y de ser colocados en situaciones inconvenientes o incómodas para nosotros. Somos tímidos en vez de aventurarnos valientemente a dondequiera que Dios nos llame en su nombre.
Unidad: Muy a menudo los cristianos nos pasamos todo el tiempo contendiendo con otros cristianos, lo cual es una señal de nuestra complacencia. Pero cuando estamos rodeados por todos lados de una cultura que ridiculiza y persigue a los cristianos, tenemos que mantenernos unidos como un solo cuerpo.
Dispuestos a Evangelizar: No dispuestos a hacer “evangelismo” como una pequeña parte de un programa de nuestras vidas cristianas, sino, siendo evangelistas en nuestro diario vivir, demostrando la realidad del poder de Jesucristo en nuestras propias vidas por medio del fruto de nuestro diario vivir en Dios.
Charles Colson, Being the Body, Thomas Nelson (2004), p.37-38
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