Si la palabra que nosotros predicamos es la de alcanzar una posible perfección, y la de justificación por obras, entonces cuando caemos nuestro testimonio cae con nosotros. Pero si lo que predicamos es sobre la sanidad de Crísto provista para nuestras vidas rotas y quebrantadas, y de nuestra incapacidad de tomar siquiera un aliento de respiración sino por la gracia de Dios, entonces, nuestra debilidad exalta a nuestro Dios y estamos funcionando como estábamos supuesto a hacerlo desde la fundación del mundo.
Lo maravilloso del evangelio de Jesús
21 de marzo de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios
Publicar un comentario