Para el secularista, la muerte es como pasar de un acantilado a un abismo negro compuesto de nada. Para el musulmán, la muerte es enfrentarse a un terrible juicio. Y para muchas religiones orientales, la perspectiva es igualmente sombría: después de la muerte, la ley del karma decreta que la gente debe pagar la pena por lo que han hecho en esta vida, siendo reencarnados de acuerdo a sus acciones pasadas. Pero para el cristiano, seguro de su eternidad con el Señor, "el morir es ganancia" (Filipenses 1:21).
Charles W. Colson, How Now Shall We Live?, Tyndale House Publishers (1999), p 136
1 comentario
Interesante reflexión. Bendiciones.
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