Una buena reflexión para iniciar el año:
“Entonces Samuel tomó una piedra y la colocó entre Mizpa y Sen, y la llamó Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ha ayudado el SEÑOR.” 1 Samuel 7:12 (LBLA)
La expresión “hasta aquí” se asemeja a una mano que señala el pasado. Transcurrieron 20 o 60 años, sin embargo, “hasta aquí nos ha ayudado el Señor”. A través de la pobreza y la riqueza; la enfermedad y la salud; en la patria, en el extranjero; en la tierra, en el mar; en honra y en deshonra; en perplejidad, en gozo, en aflicción, en triunfo, en oración y en tentación, “hasta aquí nos ha ayudado el Señor”…
Pero esta expresión apunta también hacia adelante. Cuando un hombre levanta cierta señal y escribe en ella “hasta aquí”, indica que aún no llegado al final, y que por lo tanto, tiene todavía que recorrer cierta distancia. Mas pruebas, mas alegrías; mas tentaciones, mas triunfos; mas oraciones, mas respuestas; mas fatigas, mas fuerzas; mas luchas, mas victorias.
Después vienen las enfermedades, los achaques y la muerte. ¿Y con esto se termina todo? ¡No!; hay mas aun:
El despertar a la semejanza de Jesús, los tronos, las arpas, los cantos, los salmos, los vestidos blancos, el rostro de Jesús, la compañía de los santos, la gloria de Dios, la plenitud de la eternidad y la inmensidad de la gloria.
Anímate creyente, y con agradecida confianza levanta tu Eben-ezer, pues el que te ayudó hasta aquí, te ayudará hasta el fin de la jornada.
¡Cuan maravilloso es el panorama que la expresión “hasta aquí” presenta a nuestros ojos, cuando la consideramos a la luz del cielo!
Charles Spurgeon, Lecturas Matutinas, Editorial Clie (2007), Día 29 de Diciembre
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