La religión moralista nos enseña de manera errada a decir: "Yo obedezco. Por lo tanto, Dios debe aceptarme."
El Evangelio nos enseña de manera correcta a decir: "Cuando he puesto mi confianza en Jesús, Dios me acepta. Por lo tanto, yo obedezco."
Tullian Tchividjian, “Surprised by Grace: God's Relentless Pursuit of Rebels”, Kindle Location 699, Crossway Books, 2010.
No hay comentarios
Publicar un comentario