Hoy vi a mi Papá,
Cuando en la recepción de las oficinas de un cliente el encargado de seguridad me preguntó mi nombre y les contesté: “Pedro Jiménez”
Hoy vi a mi Papá,
Cuando al tomar el ascensor me miré al espejó y noté cuanto me parezco a él.
Hoy vi a mi Papá,
Cuando me encontraba reunido con un cliente para un proyecto de consultoría, y recordé que me dedico a lo mismo que hacia mi padre en sus últimos años de vida: “Asesorar a otros en cómo administrar sus negocios”.
Ya han pasado 4 años de su partida, y aún siento que fue ayer que se marchó.
Pero aún lo veo en mi vida.
Lo veo en mis gestos y en los gestos de mis hijos.
Lo veo en mis enojos y en mis alegrías.
Lo veo en mis acciones y reacciones.
Lo veo en mi forma de hablar y en las cosas que digo (y repito).
Lo veo en mi forma de trabajar, y en mi forma de decir la verdad a pesar del costo que el decirlas conllevará.
Lo veo en la forma de caminar de mi hijo.
Lo veo en la personalidad de mi hija.
Lo veo en mis indignaciones a las injustica.
Papi: ya han pasado 4 años de tu partida con el Señor. Pero un día, no muy lejano a los ojos de Dios, estaremos reunidos nuevamente, y esta vez será para siempre.
Mientras tanto, te sigo viendo en mi vida…
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