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Existen dos tipos de personas buscando salvarse de dos maneras distintas. Están las personas inmorales que tratan de salvarse a sí mismas mediante una vida licenciosa, liberal y sin restricción alguna. Y están las personas morales que tratan de salvarse a sí mismas mediante una vida legalista. Mientras el inmoral trata de salvarse a sí mismo violando la ley, el moral trata de salvarse a sí mismo cumpliendo la ley. Pero ninguno de estos dos caminos tiene poder suficiente para salvar a una persona. Solo el evangelio puede salvar.

En su libro The Reason For God, Tim Keller escribe lo siguiente: “Si usted está evitando el pecado y viviendo su vida moralmente para que Dios le bendiga y le salve, entonces usted puede estar mirando a Jesús como un buen maestro, modelo y ayudante, pero irónicamente, usted lo está evitando como un Salvador, ya que usted está confiando en sus propias buenas obras en lugar de Jesús para parase delante de Dios.

Tullian Tchividjian, “Surprised by Grace: God's Relentless Pursuit of Rebels”, Kindle Location 684, Crossway Books, 2010.

En someternos a Dios es donde encontramos la verdadera libertad, porque las más profundas raíces de la esclavitud se encuentran en la autosuficiencia y en la dependencia de nosotros mismos. Cuando vivimos nuestras vidas pensando que todo (familia, finanzas, relaciones, carrera) depende principalmente de nosotros mismos, somos esclavos de nuestras propias fortalezas y debilidades. Estamos tratando de ser nuestro propio salvador. Pero cuando empezamos a confiar en las habilidades y sabiduría de Dios en lugar de las nuestras, es donde viene la verdadera libertad. La verdadera vida inicia cuando trasladamos nuestra confianza de nuestros propios esfuerzos a los esfuerzos de Cristo..

Tullian Tchividjian, “Surprised by Grace: God's Relentless Pursuit of Rebels”, Kindle Location 654, Crossway Books, 2010.

“Todas las cosas que Dios nos pide que hagamos son difíciles. ¿La razón? Si obedecemos a Dios, tenemos que desobedecernos a nosotros mismos, y es en este desobedecernos a nosotros mismos, en el que la dureza de obedecer a Dios consiste”.

Tullian Tchividjian, “Surprised by Grace: God's Relentless Pursuit of Rebels”, Kindle Location 443, Crossway Books, 2010.

Hoy vi a mi Papá,

Cuando en la recepción de las oficinas de un cliente el encargado de seguridad me preguntó mi nombre y les contesté: “Pedro Jiménez”

Hoy vi a mi Papá,

Cuando al tomar el ascensor me miré al espejó y noté cuanto me parezco a él.

Hoy vi a mi Papá,

Cuando me encontraba reunido con un cliente para un proyecto de consultoría, y recordé que me dedico a lo mismo que hacia mi padre en sus últimos años de vida: “Asesorar a otros en cómo administrar sus negocios”.

Ya han pasado 4 años de su partida, y aún siento que fue ayer que se marchó.

Pero aún lo veo en mi vida.

Lo veo en mis gestos y en los gestos de mis hijos.

Lo veo en mis enojos y en mis alegrías.

Lo veo en mis acciones y reacciones.

Lo veo en mi forma de hablar y en las cosas que digo (y repito).

Lo veo en mi forma de trabajar, y en mi forma de decir la verdad a pesar del costo que el decirlas conllevará.

Lo veo en la forma de caminar de mi hijo.

Lo veo en la personalidad de mi hija.

Lo veo en mis indignaciones a las injustica.

Papi: ya han pasado 4 años de tu partida con el Señor. Pero un día, no muy lejano a los ojos de Dios, estaremos reunidos nuevamente, y esta vez será para siempre.

Mientras tanto, te sigo viendo en mi vida…

Papi y yo en casa viendo MLB Playoff 7-10-02

“Como lo explica Tim Keller, el evangelio no es simplemente el ABC del cristianismo, sino el A hasta la Z. El evangelio no sólo enciende la vida cristiana, sino que es el combustible que mantiene a los cristianos todos los días. Una vez que Dios rescata a los pecadores, su plan no es guiarlos más allá del evangelio, sino moverles a entrar más profundamente en el. Después de todo, el único antídoto para el pecado es el Evangelio, y dado que los cristianos siguen siendo pecadores, incluso después de que se convierten, el Evangelio es la medicina que un cristiano debe tomar todos los días. Ya que nunca dejamos de pecar, no podemos abandonar el evangelio.”

Tullian Tchividjian, “Surprised by Grace: God's Relentless Pursuit of Rebels”, Kindle Location 179, Crossway Books, 2010.

¿Quién es este Dios que puede hacernos sentir especiales a cada uno de nosotros, sin importar el lugar, posición, y estado en que nos encontremos?

¿Quién es este Dios, que aun estando nosotros en medio de un millón de personas, EL está relacionándose con cada uno de nosotros, al mismo tiempo y de manera especial?

Quizás pudiéramos pensar en cuando éramos niños, y el celo que sentíamos cuando nuestro mejor amigo jugaba con otros niños en vez de compartir con nosotros.

¡Pero nuestro Dios no es así!

Podemos estar reunidos en una iglesia junto a miles de personas, y aun ahí, nuestro Dios está relacionándose de manera individual y especial con cada uno de nosotros.

Es tan impresionante ver en medio de un servicio de adoración de una iglesia, personas con las manos alzadas, otras con sus manos debajo, unas con lágrimas en los ojos, otras con una sonrisa, unos de pie, y otros sentados, pero todos siendo tratados de manera especial por nuestro creador.

¿No hace esto de nuestro Dios un Dios especial?