Hombres, ¿la mujer radiante en cuyo dedo pusieron el anillo matrimonial?... [es] pecadora. Mujeres, ¿el hombre que les ofreció su voto de fidelidad perfecta y sacrificio de por vida?... [es] pecador. En ceremonias en todas partes del mundo, cada día, sin excepción, son pecadores que dicen, “Sí, acepto.” Son pecadores quienes celebran su décimo aniversario, el de veinticinco, y el de cincuenta años. Son pecadores quienes comparten un beso final en el lecho de muerte de su cónyuge. Es un pecador el que escribió este libro. Y son pecadores los que lo están leyendo.
Dave Harvey, “Cuando Pecadores Dicen Acepto”, Shepherd Press (2010), p. 25
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