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En estos días estuve leyendo el libro de Michael Leahy titulado “Porn Nation: Conquering America's #1 Addiction” (Nación Porno: Conquistando la adicción #1 de América), el cual encontré bastante bueno por dos razones: La sinceridad del autor al exponer como su adicción a la pornografía lo llevo a perderlo todo (esposa, familia, amigos, trabajo y ahorros), y por la cantidad de estadísticas en el libro que muestran el impacto negativo que la pornografía tiene sobre sus consumidores.

A continuación les dejo con algunas citas que tomé del libro:

“Cruzar la línea de la recreación hasta la adicción no sucedió en un solo día. Fue una serie de eventos, un cambio en mis actitudes y creencias sexuales… Todo esto llevó tiempo, mucho tiempo. Yo estaba redefiniendo mis opiniones personales acerca de lo que era y no era un comportamiento sexual aceptable desde el momento en que estuve consciente de mi propia sexualidad, que no fue mucho tiempo antes de mi primera exposición a la pornografía. Durante los próximos veinticinco años, estas acciones y actitudes escalaron hasta convertirse en una serie auto-destructiva de comportamientos sexuales compulsivos y adictivos. En otras palabras, me tomó veinticinco años convertirme en un adicto sexual y los próximos cinco años de mi vida para convertirme en alguien lo suficientemente inmanejable como para perderlo todo.”

“Mientras más alimentaba mi hábito de ver pornografía, mayor era mi deseo de ver dicho material.”

“La ley de Crecer y Decrecer establece que lo que usted alimenta crece, mientras que lo que usted hace morir de hambre decrece"

“El Internet fue claramente el combustible que puso en marcha el cohete y mantuvo mis pensamientos de fantasía energizados”

“Me llevó dos años antes de que finalmente entendiera y me pusiera serio acerca de mi recuperación. Me tomó perderlo todo: mi esposa, mi familia, mis amigos, mi trabajo, mis ahorros… Pero tuve que tocar fondo antes de que finalmente me decidiera a la lucha.”

“Es por eso que la mayoría de los adictos tienen que tocar fondo antes de que empiecen a buscar ayuda. Tocar fondo significa ser roto y empezar a separar la verdad de las mentiras. Es una llamada de atención que de repente te permite ver y sentir las consecuencias de tus acciones. Es lo mejor y lo peor que le puede ocurrir a un adicto y a sus seres queridos. Son la muerte y la vida envueltas en un solo rollo. Y duele como ninguna otra cosa.”

“La salud de nuestras relaciones con los demás, con nosotros mismos (autoestima), con nuestro cónyuge, hijos, novio / novia, y la relación que tenemos con Dios, son más importantes que la pornografía, el alcohol, el dinero, o cualquier otra cosa que nos tiente a sacrificarlos.”

“Las relaciones son vida, y la pornografía pone estas relaciones en peligro.”

“La tentación inicia con un pensamiento. A partir de ese momento, el tentador necesita la cooperación de los tentados.”

Greg Laurie

“No se puede detener a los pájaros de que vuelen sobre nuestra cabeza, pero si podemos evitar que aniden en nuestro pelo.”

Martín Lutero

Una hermosa canción para escuchar en el día de hoy y recobrar nuestro ánimo, si por alguna razón nos sentimos tristes o desanimados.

Escrito por Juan Stam y tomado de Lupa Protestante.

Hace poco leí algo que me hizo pensar. "Jesús dijo las verdades", afirmaba una carta circular que me llegó, "pero nunca insultó, sino que trató con respeto a todas las personas."

Esa visión de un Jesús siempre amable es muy común, pero tenemos que preguntarnos si realmente corresponde al Jesús del Nuevo Testamento. Todos tenemos una tendencia de visualizar a Jesús, en mayor o menor grado, a nuestra propia imagen y semejanza, conforme suponemos que debía haber sido y no como era.

Según el testimonio de los cuatro evangelios, Jesús más de una vez insultaba a sus enemigos. El cuarto evangelio nos relata que dijo a los judíos, "Ustedes son hijos de su padre el diablo" (Jn 8:31,44), que no era exactamente un piropo. A Pedro en una ocasión lo llamó "Satanás" (Mt 16:23; Mr 8:33; o agente de Satanás, que también era insulto). Al rey Herodes le llamó "aquella zorra" (Lc 13:32). Y a los escribas y fariseos, ¡con cuántos insultos no los agredía! En un solo discurso mateano (Mat 23; cf. 6:1-3), Jesús los tilda de vanidosos y pretenciosos, hipócitas (repetido siete veces, para mayor énfasis), devoradores de casas de viudas, insensatos, necios,  guías ciegos, sepulcros blanqueados, serpientes y generación de víboras. ¡Qué lenguaje más agresivo de este Nazareno!

Los profetas también insultaban a menudo. Amós, llamó a las mujeres ricas de Samaria "vacas de Basán". El término favorito de Ezequiel para los ídolos era "excremento" (GiLûLîM, 38 veces entre 6:4 y 44:12 con el sentido de "ese excremento que adoran ustedes"), una ofensa tan cruda que ninguna versión hoy la traduce literalmente. Juan el Bautista llamó "generación de víboras" a sus oyentes ( Mt 3:70) y denunció los pecados de Herodes, tan drásticamente que Herodes lo mató (Lc 3:19). San Pablo denunció al mago Barjesús como "hijo del diablo" (Hcn 13:10), acusó a Bernabé y Pedro públicamente de hipocrecía (Gál 2:12-14) y declaró malditos a los judaizantes de Galacia y a todos los que predican otro evangelio (Gál 1:8; cf. 5:1-13). En el Apocalipsis, Jesús llama a los judíos de Esmirna y Filadelfia "sinagoga de Satanás" (Ap 2:9; 3:9) y felicita a la iglesia de Éfeso por aborrecer las obras y la doctrina de los nicolaítas, como él también las aborrece (Ap 2:6, ¡a la misma iglesia a la que acusa de perder el primer amor 2.4; cf. 2:15!). A la iglesia de Pérgamo, Cristo viene con espada a pelear contra esos nicolaítas. En 13:1-3, Juan muestra que el imperio romano (la bestia, en su sentido inmediato) fue establecido por el dragón y que culto al emperador era culto satánico. De la historia de la teología y sus invectivas mordaces (Agustín, Lutero, Calvino), mejor ni hablar. Bastan los ejemplos bíblicos.

Hay una paradoja muy significativa en las relaciones humanas de Jesús. Se pronunció a favor de los pobres ("Bienaventurados ustedes los pobres") pero era hostil contra los ricos ("Ay de ustedes ricos", Lc 6:20,24; cf. Mt 19:23-26; Mr 12:41; Lc 16:19; 18:23; 19:8-9). Para "los de abajo" (publicanos, adúlteras, rameras, pobres) Jesús tenía sólo palabra compasivas, de comprensión y perdón, mientras a "los de arriba" (ricos, fariseos, sacerdotes, escribas), cuesta mucho encontrar palabras que no sean severas y, reconozcámoslo, a menudo insultantes. Ni al gran maestro Nicodemo le mostró deferencia alguna. Una paradoja similar marca la figura de Jesús como Príncipe de Paz, pero que no había venido a traer paz a la tierra sino espada (Mt 10:34):

Podemos notar aquí también que el Jesús de los evangelios se enojaba ante la injusticia, la falsedad y el pecado (cf. Apoc 2:6). Nunca se enojó por lo que le afectaba en lo personal; ante el juicio totalmente injusto con que lo condenaron, no abrió su boca. Pero cuando sanó a un enfermo y los fariseos, indiferentes al sufrimiento humano, se dedicaban a ponerle trampas legalistas, vemos a Jesus "mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones" (Mr 3:5). Y a los mismos discípulos, cuando impedían a los niños venir a él, "se indignó" (Gr aganaktew, enojarse). A veces es pecado no enojarse. Un Jesús incapaz de enojarse ante la injusticia no sería nada convincente, ni sería Hijo de Dios.

Tomás Münzer, el reformador anabautista del siglo XVI, protestaba "la bondad ficticia" de un Cristo dulce, desconociendo al Cristo amargo de los evangelios. El Cristo dulce es el Cristo de la gracia barata, domesticado y aburguesado, un Cristo simpático y complaciente.

En fin ¿era Jesús "amable" o no? Pues, ¿qué significa "amable"? Significa que actúa movido y guiado por el amor. ¿Y que es el amor? La esencia del amor no consiste en sensaciones placenteras y sentimientos agradables. Si así fuera, Jesús no podría mandarnos a amar a nuestros enemigos, que nos caen mal y no nos agradan. Amor es fundamentalmente buscar el bien del otro, en las formas que mejor corresponden. En la severidad de sus denuncias, Jesús expresaba su profundo amor hacia los fariseos, aun en las expresiones que nos parecen insultantes según los criterios de nuestra cultura moderna.

No cabe duda de que tolerancia, generosidad y respeto son valores, pero no son los únicos valores ni necesariamente los valores prioritarios. Sobre todo, no debemos imponerlos encima de la figura del Jesús de los evangelios y de las exigencias de valentía (aun osadía) profética que nos enseñan las escrituras.

Yo no sé si tiene que ver con que mi papá tenía la costumbre de premiarnos cuando sacábamos buenas notas en la escuela, o si es que he traído el bagaje heredado de la tradición católica romana a mi relación con Cristo, pero de seguro que me ha tomado tiempo entender, que la razón por la que Dios escucha mis oraciones, y por la que decide acercarse a mí, no tiene nada que ver con algún mérito mío, mi justicia o mi santidad, porque ni soy justo ni soy santo (por lo menos por mi cuenta). Sino sola y exclusivamente por los méritos obtenidos por Jesucristo en su vida perfecta aquí en la tierra, y porqué Él pagó el precio que me correspondía a mí pagar por mis pecados, al morir en mi lugar en la cruz.

Por mucho tiempo pensé que yo era justo. De hecho, desde que me convertí al cristianismo pensé que mis obras justificarían la bendición y bondad de Dios sobre mi vida, ¡pero que tonto he sido! ¡Nunca ha sido por mí! ¡Ha sido solo por Jesucristo, su vida, muerte y resurrección!

En el día de ayer escribí una canción donde le expreso a Dios mi reconocimiento de la mugre de pecaminosidad que mora en mi vida, y de cómo sé que solo por los méritos de Jesús, soy recibido en su regazo, para ser sanado por EL, a pesar de mí.

Y entonces poder decir, al igual que Martín Lutero, que soy “Simul Justus Et Peccator”

La comparto con ustedes.

Si no pueden ver el link para escucharla aquí, pueden oírla aquí.

Hombres, ¿la mujer radiante en cuyo dedo pusieron el anillo matrimonial?... [es] pecadora. Mujeres, ¿el hombre que les ofreció su voto de fidelidad perfecta y sacrificio de por vida?... [es] pecador. En ceremonias en todas partes del mundo, cada día, sin excepción, son pecadores que dicen, “Sí, acepto.” Son pecadores quienes celebran su décimo aniversario, el de veinticinco, y el de cincuenta años. Son pecadores quienes comparten un beso final en el lecho de muerte de su cónyuge. Es un pecador el que escribió este libro. Y son pecadores los que lo están leyendo.

Dave Harvey, “Cuando Pecadores Dicen Acepto”, Shepherd Press (2010), p. 25

“Dios envió a su Hijo como respuesta al problema del pecado, no sólo como un ejemplo de bondad moral o para enseñarnos cómo vivir, sino para sobrellevar el juicio por el pecado prometido en Génesis 3, a fin de que pudiéramos vivir en una relación restaurada con Dios para siempre”.

Dave Harvey, “Cuando Pecadores Dicen Acepto”, Shepherd Press (2010), p. 20,21

 

“Si uno hace bien las primeras cosas [se pone bien el primer botón], entonces los muchos otros “botones” del matrimonio –la comunicación, el resolver conflicto, el romance, los roles -todos empiezan a alinearse de tal manera que sí funciona.”

Dave Harvey, “Cuando Pecadores Dicen Acepto”, Shepherd Press (2010), p. 18.

“Hasta que el pecado sepa amargo, Cristo no será dulce.”

Paul David Tripp

Dave Harvey, “Cuando Pecadores Dicen Acepto”, Shepherd Press (2010), p. 12

“Cuando los amores naturales se hacen ilícitos, no solamente dañan a otros amores, sino que ellos mismos cesan de ser lo que fueron, dejan completamente de ser amores”

C.S. Lewis, Los Cuatro Amores, Rayo (2006), p.39

“Usted le da gracias a Dios antes de cada comida. Perfecto. Pero yo le doy gracias a Dios antes del concierto y la ópera, antes de la obra de teatro y la pantomima, antes de abrir un libro, dibujar, pintar, nadar, practicar la esgrima, boxear, caminar, jugar, bailar y antes de inmergir la pluma en la tinta.” G. K. Chesterton

“No hay nada bueno en tratar de ser más espirituales que Dios. Dios nunca quiso que el hombre fuese una criatura puramente espiritual. Es por eso que El utiliza cosas materiales como el pan y el vino para traer vida nueva a nosotros. Podríamos pensar que esto es crudo y nada espiritual, pero Dios no: El inventó el comer. A Él le gusta la materia. Él la inventó.” C.S. Lewis