Al final del Evangelio de Juan, Jesús revela una descripción sobria sobre el futuro de Pedro: “En verdad, en verdad te digo: cuando eras más joven te vestías y andabas por donde querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y otro te vestirá, y te llevará adonde no quieras.” Jesús entonces concluye diciéndole a Pedro, “Sígueme”.
Por alguna razón, Pedro, volviéndose y mirando a Juan, le preguntó a Jesús, “Señor, ¿y éste, qué?”
A lo cual Jesús respondió, “Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti, qué? Tú, sígueme.”
Cuando Jesús llama, nos llama uno por uno. Las comparaciones son ociosas, las especulaciones sobre otros una pérdida de tiempo, y la envidia es tonta al igual que diabólica. Cada uno de nosotros es llamado individualmente, responsables sólo ante Dios, para agradarle solo a él, y, finalmente, para ser aprobados solo por él. Si alguna vez tenemos la tentación de mirar a nuestro alrededor, comparar notas, y utilizar el progreso de los demás para medir el éxito de nuestra propia vocación, terminaremos escuchando las mismas palabras que Pedro escuchó de Jesús: “¿a ti, qué? Tú, sígueme.”
Os Guinness, The Call (El Llamado), Thomas Nelson (2003), p. 126,127
Arthur F. Burns, el presidente del Sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos y embajador para Alemania Occidental, era un hombre de considerable gravedad. Mediano de estatura, distinguido, con pelo ondulado y de color plateado, y con su típica pipa, fue consejero económico de numerosos presidentes desde Dwight D. Eisenhower hasta Ronald Reagan. Cuando él hablaba, su opinión tenía peso y Washington escuchaba.
Arthur Burns, era también judío, así que cuando comenzó a asistir a una reunión informal de oración y comunión en la Casa Blanca en la década de 1970, fue recibido con un respeto especial. Nadie, de hecho, sabía bien cómo involucrarlo en el grupo y, semana tras semana, cuando diferentes personas se turnaban para poner fin a la reunión en oración, Burns era pasado por alto. Producto de una mezcla de reservas y respeto.
Pero una semana sucedió que el grupo estuvo liderado por un recién llegado que no conocía el status inusual de Burns. Así que cuando la reunión terminó, el recién llegado se dirigió a Arthur Burns y le pidió que cerrara el tiempo con una oración. Algunos de los viejos se miraron con sorpresa y se preguntaron qué sucedería. Pero sin perder tiempo, Burns extendió sus manos, y agarrados todos de las manos en el círculo, dijo la siguiente oración: "Señor, te ruego que lleves a los judíos a conocer a Jesucristo. Te ruego que lleves a los musulmanes a conocer a Jesucristo. Por último, Señor, te ruego que lleves a los cristianos a conocer a Jesucristo. Amén."
La oración de Arthur Burns se ha convertido en legendaria en Washington. No sólo sorprendió a los presentes con su franqueza refrescante, sino que también destacó un punto sobre "los cristianos" y "el cristianismo" que es necesario repetir regularmente.
El llamado [de Dios] les recuerda constantemente a los cristianos que, lejos de haber llegado, un cristiano es alguien que en esta vida está siempre en el camino como un "seguidor de Jesucristo".
Os Guinness, The Call (El Llamado), Thomas Nelson (2003), p. 101,102
“Me gustaría ser, como espero serlo, un cristiano. Pero para aquellos títulos facciosos de anabaptistas, independientes, presbiterianos, y demás, llego a la conclusión de que los mismos no vienen de Jerusalén ni de Antioquía, sino del infierno o Babilonia”
John Bunyan
“Padre Abraham, ¿a quien tenéis en el cielo? ¿Algún episcopal? ¡No! ¿Algún presbiteriano? ¡No! ¿Algún independiente o metodistas? ¡No, no, no! ¿A quien tienes ahí? No conocemos esos nombres aquí. Todos los que están aquí son cristianos... Oh, ¿es este el caso? Entonces Dios nos ayude a olvidar los nombres de las denominaciones y a convertirnos en cristianos en hechos y verdad”
George Whitefield
“A pesar de que soy un episcopal de nacimiento, todavía siento una unidad y solidaridad con la causa de Dios en general, que nada sería más agradable que la comunión una vez al año con cada iglesia que tiene como su cabeza, a Cristo."
William Wilberforce
Citas tomadas de: Os Guinness, The Call (El Llamado), Thomas Nelson (2003), p. 97
Estimados hermanos,
Tomamos unos minutos de la noche de hoy, y el transcurso del día de mañana, para orar por el rescate que iniciará en el día de mañana 13 de Octubre, de los chilenos atrapados bajo tierra.
Que Dios obre para que todos los hombres salgan sanos y salvos, y que el proceso de extracción sea lo menos doloroso posible. Sobre todo, que Dios sea glorificado en todo este proceso.
http://mexico.cnn.com/especiales/2010/chile-mina-minera-san-jose-mineros-chilenos-copiapo-rescate
“Si es indigno el seguir a Cristo por los panes, cuanto más abominable es hacer de la religión un medio para ganar y disfrutar de este mundo”
Juan Buyan, El Progreso del Peregrino Ilustrado, Editorial Portavoz, p.186
Este artículo escrito por Albert Mohler sobre el suicidio del joven Tyler Clementi, luego de haber sido hecho público en la web un video de su relación sexual con otro joven de su universidad, vale la pena leerlo. El escrito nos debe poner a pensar a todos sobre nuestra responsabilidad de predicar el evangelio de Jesús a las personas que nos rodean.
El artículo lo pueden encontrar aquí. (Está en inglés).