Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer. Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos, calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se ingenian maldades; se rebelan contra sus padres; son insensatos, desleales, insensibles, despiadados. Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no sólo siguen practicándolas sino que incluso aprueban a quienes las practican. (Romanos 1:28-32) NVI
Al leer estos versos de la epístola del apóstol San Pablo a los Romanos, no puedo dejar de pensar en las noticias actuales que estoy leyendo en el internet.
Hoy leía sobre unos jóvenes en mi país que fueron apresados luego de comprobarse que tenían la práctica de ahorcar y apuñalar personas, entre los cuales se encontraban taxistas. Los apuñalaban y se drogaban mientras veían la sangre correr por el cuerpo de sus víctimas, y luego, para concluir tan fenomenal acto, tenían relaciones sexuales con sus novios. Su objetivo era robar a sus víctimas para poder comprar drogas y pagar por las orgías que sostenían en distintos moteles de nuestro país.
También leía recientemente sobre Amy Bishop, una profesora de biología de la Universidad de Alabama, quien mató a tiros a tres profesores compañeros de trabajo, luego de que no recibiera el ascenso que esperaba en su lugar de trabajo. Veinte años atrás, Amy había asesinado a su hermano con un balazo en el pecho, pero la habían dejado libre porque se entendió en ese momento que fue un accidente. Este último caso se está revisando nuevamente luego de sus últimos asesinatos.
Otro caso que leí recién y que me llenó de dolor, fue el de Phoebe Prince, una chica de 15 de edad que se suicidó el pasado 14 de Enero en Massachusetts colgándose de la escalera donde vivía, luego de haberse cansado de los constantes abusos verbales, amenazas físicas y burlas, que recibía de sus compañeros de la escuela. Luego de su muerte, muchos comentarios crueles fueron puestos en su sitio de Facebook. En estos momentos la fiscalía de los Estados Unidos está acusando a seis jóvenes por entenderse que sus actuaciones contra la joven la llevaron al suicidio.
¿Pero por qué existe todo esto? ¿Cómo es posible que personas tengan dentro de ellas tanta maldad para hacerle daño a otros seres humanos? ¿Cómo pueden reírse luego de sus acciones y burlarse tan cruelmente de sus víctimas?
Puedo encontrar respuesta a estas preguntas al leer el verso 28 del primer capítulo de Rómanos:
“Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer.”
Nuestra sociedad ha decidido ignorar a Dios. No queremos que EL nos dicte como debemos vivir. Para nuestra sociedad postmoderna no vale la pena meditar en Dios y en su Palabra. Lo hemos sacado de nuestras escuelas, universidades, trabajos, familia y demás. Encontramos a Dios aburrido. Encontramos su Palabra (La Biblia) aburrida. Preferimos seguir viviendo satisfaciendo las demandas de nuestros propios deseos y egos, antes de rendir nuestros corazones a un rey que no seamos nosotros. No queremos ley!. No queremos su ley!
Entonces, he aquí las consecuencias que estamos pagando:
“Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos, calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se ingenian maldades; se rebelan contra sus padres; son insensatos, desleales, insensibles, despiadados. Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no sólo siguen practicándolas sino que incluso aprueban a quienes las practican.”
Entonces, te pregunto, ¿Hasta cuándo seguiremos ignorando a Dios?
1 comentario
Le felicito por sus articulos, son sencillos y practicos, aplicando la
Palabra de Dios.
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