Los peligros más destructivos para la iglesia nunca han sido el ateísmo, las religiones paganas o las sectas que niegan sin rodeos las Escrituras, sino movimientos de aparente índole cristiana que aceptan un grado tan alto de verdad bíblica que sus doctrinas ajenas a la Biblia parecen insignificantes e inofensivas en comparación. No obstante, lo cierto es que una sola gota de veneno en un recipiente grande de agua puede volver letal todo el líquido, y una sola idea falsa que en cualquier medida reduce la gracia de Dios, envenena todo el sistema de creencia cristiano.
John MacArthur, Comentario MacArthur del Nuevo Testamento: Gálatas, Editorial Portavoz (2003), p.30
Los peligros más destructivos para la iglesia
12 de marzo de 2010
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