Si existe un documento que nos diga la verdad acerca de la vida y de nosotros mismo, ese es la Biblia. Nos dice lo peor y luego nos muestra lo mejor. Y el propósito de la predicación no es ocultar el pecado, sino exponerlo; no es decir a los hombres y a las mujeres que todo va bien, que “Dios es amor” y que no tienen por qué preocuparse en absoluto; sino decirles que, tal como están las cosas, tal como somos todos, todo va mal; que Dios es nuestro Juez y que, a menos que estemos preocupados, asustados y espantados ante esa perspectiva, no tenemos esperanza alguna.
Ese es el mensaje de la religión que se puede encontrar por toda la Biblia.
Martyn Lloyd-Jones, Sermones Evangelísticos, Editorial Peregrino (2003), p.172,173
El verdadero mensaje de la religión
8 de diciembre de 2009
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