“Aunque el presupuesto nunca esté balanceado y el mercado de valores caiga, aunque el precio de la comida se vaya hasta las nubes y mi hijo nunca se recobre de su enfermedad, aunque pierda mi trabajo y aunque perdamos nuestra casa, con todo, yo me regocijaré en el Dios de mi salvación.”
R.C. Sproul, La Santidad de Dios, Publicaciones Faro de Gracia (2002), p.111
Habacuc 3:17-18 en lenguaje moderno
28 de septiembre de 2009
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