Siete plagas enviadas, mas una octava anunciada y aún Faraón sigue sin obedecer a la voz del Señor.
Dios le convirtió el Nilo en sangre (Ex. 7:17-25), le lleno su nación de ranas (Ex. 8:1-14), de piojos (Ex.8:15-19), de enjambres de insectos (Ex. 8:20-25), y de una peste que mató todos sus caballos, vacas, asnos, camellos y ovejas (Ex.9:1-7). Le produjo furúnculos que resultaron en úlceras en los hombres y animales por toda la tierra de Egipto (Ex.9:8-12), hizo llover granizo tan intenso que hirió todo lo que había en el campo (Ex.9:18-26), y está anunciándole una lluvia de langostas que cubrirá la superficie de la tierra y que se comerán todo árbol del campo que los granizos hayan dejado vivos, y aún en medio de esto, mientras sus siervos le dicen a Faraón: ¿No te das cuenta de que Egipto está destruido? , el corazón de Faraón sigue tan endurecido que no obedece a la voz del Señor.
¿Te has puesto a pensar que así somos nosotros cuando estamos envueltos en nuestros delitos y pecados?
Así como a Faraón le hablaron sus siervos para hacerlo entender, así nos advierten nuestros amigos, hermanos, pastores, y demás personas enviadas por el Señor, diciéndonos: ¿Es que no te das cuenta de que tu vida está destruida?
Pero aún preferimos pecar y continuar en los deleites temporales del pecado, aún cuando sufrimos sus consecuencias y perdemos nuestros trabajos, esposa, hijos, ministerios, y demás cosas que son importantes para nosotros. Pero esto es porque cuando hemos entregado nuestras vidas a las garras del pecado este produce endurecimiento en nuestro corazón.
Esta es una buena mañana para revisar nuestras vidas y ver si estamos tan endurecidos como Faraón, o si hemos respondido al llamado del Señor.
Hoy es un buen día para arrepentirnos de nuestra maldad y entregar nuestras vidas por completo al señorío de Jesucristo.
1 comentario
Interesante hermano. Al principio creí que se referiría a la manera en la que vive alguien que no conoce Al Señor Jesucristo, cosa con la que estoy TOTALMENTE de acuerdo, ya que concuerda con las cosas que Pablo diserta en Romanos 1 y 2. La Palabra nos dice que por no tomar en cuenta a Dios, El Señor entrega a los hombres a pasiones desordenadas. Es triste ver cómo muchos ministerios se terminan por éstas causas, pero más triste es no reconocer los errores. Por Su Gracia somos liberados de nuestros pecados y errores. Pero creo también así necesario, aprender todos como pueblo aprender a perdonar los errores. El problema con personas muy conocidas, es que sus pecados o errores les son por tropiezo pues muchas veces "anteceden" a su reputación y les dan mala fama y aún peor, hace que por eso a veces sus enseñanzas no sean tan vistas. Pero Dios nos dé un corazón sabio para reconocer nuestros errores y que nos enseñe a perdonar.
Muy bendecidos. :)
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