“Y el Señor estaba con José”
(Génesis 39:2)
Cuando vemos la vida de José en la Palabra de Dios, podemos observar que en cada momento de su vida, en los momentos buenos y en los momentos malos, el Señor siempre estaba con el.
Cuando fue echado en el pozo del desierto, cuando fue vendido a los mercaderes madianitas, cuando fue vendido a Potifar en Egipto, cuando Potifar lo hizo mayordomo de su casa, cuando fue acusado falsamente por la esposa de Potifar de acoso sexual y luego echado a la cárcel, cuando el jefe de la cárcel confió en sus manos a todos los presos de la cárcel y lo hiso responsable de todo lo que se hacía en aquel lugar, cuando interpretó los sueños del jefe de los coperos y del jefe de los panaderos, cuando interpretó los sueños de Faraón, cuando Faraón lo puso sobre toda la tierra de Egipto, y en cada momento más adelante de su vida, el Señor siempre estaba con el.
Como cristianos a veces tememos a que Dios no nos use, que no nos utilice para la causa de su reino, como si servir al Señor fuera lo más importante en nuestras vidas, sin embargo, nuestro más grande temor debiera ser, que el Señor no esté con nosotros.
Nuestro más grande temor debería ser despertarnos en las mañanas y que el Señor no esté con nosotros. Ir a nuestros trabajos, estudios o demás compromisos, y que su presencia no nos acompañe. Hacer nuestros planes familiares y que la guianza de nuestro Señor no nos dirija.
Querido hermano que lees estas palabras en esta mañana, que tu corazón tiemble si hay algo que temas más que la ausencia del Señor en tu vida. Si existe algún pecado, ser querido, trabajo, deseo, u objetivo personal que valores más que al Señor y su presencia en tu vida, hoy es el día que el Señor ha provisto para nuestro arrepentimiento.
Oración:
Padre perdóname porque en momentos he valorado más el pecado, deseos y sueños, más que a ti y tu presencia en mi vida. A veces he creído que yo soy el centro del universo, y que el mundo gira en torno a mí, por lo que el objetivo máximo de mi vida ha sido mi propio placer y beneficio personal, cuando el objetivo máximo de mi vida deberías ser tú, conocerte y amarte. Abre mis ojos a tu verdad en esta mañana y ayúdame a encontrar la satisfacción de mi vida en ti.
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