No toda persona puede ser un estudiante de la Biblia. Evalúese a sí mismo a la luz de estos requisitos necesarios para estudiar la Palabra de Dios con bendición:
- ¿Es salvo por fe en Jesucristo (1 Co. 2:14-16)?
- ¿Tiene hambre de la Palabra de Dios (1 P. 2:2)?
- ¿Está escudriñando la Palabra de Dios con diligencia (Hch. 17:11)?
- ¿Está buscando la santidad (1 P. 1:14-16)
- ¿Está lleno del Espíritu (Ef. 5:18)?
La pregunta más importante es la primera. Si nunca ha invitado a Jesucristo a ser su Salvador personal y el Señor de su vida, entonces su mente está cegada por Satanás a la verdad de Dios (2 Co. 4:4).
Si Cristo es su necesidad, deje de leer en este momento y con sus propias palabras, en oración, vuélvase del pecado hacia Dios. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Ef. 2:8-9)
John MacArthur, La Biblia de Estudio MacArthur, Editorial Portavoz (2004), p.22
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