Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito; al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás. Salmo 51:17
Tal vez si te diera un poco de mi tiempo.
Tal vez si te diera un poco de mis fuerzas.
Tal vez si te diera algunas de mis cosas.
Tal vez si te diera algunos de mis pensamientos.
Tal vez si te diera un poco de mis éxitos.
Tal vez si te diera algunas de mis relaciones.Seguramente estos sacrificios te traerían deleite.
Seguramente estas ofrendas te traerían gozo.
Estoy dispuesto a dar un diezmo.
Estoy dispuesto a interrumpir mi agenda.
Estoy dispuesto a servir.
Estoy dispuesto a hacer mi parte.Pero tengo la sensación de que no estás satisfecho con solo un poco de mí.
Tengo la sensación de que el dar de manera momentánea,
el servir de manera momentánea,
el hacer sacrificios de manera momentánea
el ministrar de manera momentánea,
el tornar mi corazón a ti de manera momentánea
no te satisface.
Pero tengo que admitir que tengo miedo a lo que Tú exiges.
Tengo miedo a un espíritu contrito.
Tengo miedo a un corazón contrito.
Tengo miedo a ser aplastado por tu GraciaAsí que trato de distraerte con mi servicio,
distraerte con mi tiempo,
distraerte con mi dinero.Muy dentro de mí sé lo que Tú quieres.
Muy dentro de mí sé lo que Tú exiges.Tengo miedo porque quiero mantener posesión de mi corazón.
Quiero darlo a otras cosas. Quiero perseguir placeres fuera de ti.Tengo miedo de darte lo que realmente te satisfacerá.
Tengo miedo a un corazón contrito.Por lo que regularmente te ofendo con ofrendas vacías y alabanzas superficiales.
Esperando, para mi propia destrucción, que de esta manera estarás satisfecho.
Whiter Than Snow: Meditations on Sin and Mercy.
Paul David Tripp
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