"Los dos grandes enemigos de nuestra alma son el pecado y Satanás; y el pecado es el peor enemigo, porque la única manera en que Satanás puede destruirnos es arrastrándonos a pecar. Dios puede haberle dado suficiente soga como para que nos maltratara, tal como a Job, e incluso nos matara, así como hizo con los santos de Esmirna (Apocalipsis 2.10); pero Satanás no puede condenarnos, ni privarnos de la vida eterna. La única manera en la que puede hacernos daño, en última instancia, es incitándonos a pecar.Y eso es exactamente lo que el procura hacer. Todas sus demás artimañas, como enfermedad, visas perdidas, sonidos aterradores, apariciones verdes, y otras formas de intimidación, todas esas cosas, en última instancia no pueden hacernos daño, a menos que nos lleven a pecar. Así que el principal esfuerzo de Satanás es recomendar, promover, ayudar, seducir y confirmar nuestra inclinación a pecar.""Lo único que nos condenará en el día del juicio es el pecado no perdonado; no la enfermedad, ni las aflicciones, ni las persecuciones, ni las intimidaciones, ni los aparecidos, ni las pesadillas. Satanás sabe eso. Por consiguiente, el centro de su enfoque no consiste primordialmente en como asustar a los creyentes con fenómenos estrafalarios (aunque hay abundancia de ellos), sino en como corromper a los creyentes con novelerías inútiles y pensamientos del mal."
El pecado es peor que Satanás
16 de septiembre de 2008
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