Humana yo, con defectos y debilidades, pero con un corazón que te anhela fervientemente. Y como dice un salmista: mi Alma tiene sed de Ti, del Dios vivo. Si Señor, mi alma te anhela, anhela agradarte, quita todo que empaña mi relación contigo, quita lo que no te exalte y glorifica; que sea yo humillada y Tú nombre enaltecido, que siempre este yo en Tus manos como el barro, moldeando la persona que quieres que yo sea. No Permitas que mi yo te aleje de mi; que esas áreas de mi vida en las que creo estar bien y no lo están, sean transformadas con el poder de tú Palabra. Haz de mí lo que Tú quieras, mi buen Pastor, pues yo sé que para mí Tú tienes plenitud y que la excelencia en Tus manos está.
Salmos 43:7
Yo no confío en mi arco, ni puede mi espada darme la victoria;Tú nos das la victoria sobre nuestros enemigos y dejas en vergüenza a nuestros abversarios.
Salmos 43:7
Yo no confío en mi arco, ni puede mi espada darme la victoria;Tú nos das la victoria sobre nuestros enemigos y dejas en vergüenza a nuestros abversarios.
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