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Aceptando todo lo que viene de Dios

Yo lo admito, soy de las personas que quiero resolver las cosas lo mas pronto posible. Me molesta esperar, y mas si es debido a lo que mi entender es negligencia de los demás.

Las siguientes palabras de Spurgeon en su devocional matutino del día de hoy 5 de Agosto, me sirven de boche y reflexión.


"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien"
Romanos 8:28


Sobre algunos puntos el creyente está totalmente seguro. Sabe, por ejemplo, que Dios está sentado en la cámara de la embarcación, cuando ésta más se balancea. Cree que una mano invisible está siempre sobre la caña del timón del mundo, y sea cual sea el lugar a donde nos lleve la providencia, Jehová gobierna la nave. Este conocimiento tranquilizador lo prepara para cualquier cosa. El creyente mira a las embravecidas aguas y ve el espíritu de Jesús que anda sobre las olas, y oye una voz que dice: “Yo soy, no temas”. Sabe, además, que Dios es siempre sabio, y, conociendo esto, confía en que no habrá ni errores ni accidentes casuales, y en que no puede ocurrir nada que no deba acontecer. El, bien puede decir: “Es mejor perder que ganar, si así lo dispone el Señor. La peor calamidad que me pudiera sobrevenir, sería para mí, si el Señor lo ordena, lo mejor y la más conveniente”. “Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.” El cristiano no sostiene esto meramente como una teoría, sino lo conoce como un hecho positivo. Todas las cosas ayudan a bien aún ahora. Las drogas venenosas mezcladas en adecuadas proporciones han obrado la sanidad; los tajos del bisturí han purificado a la presuntuosa carne y han facilitado la cura.


Cada suceso obra aún los más benditos y excelentes resultados. Y así, creyendo que Dios lo rige todo, que gobierna con sabiduría y saca bien del mal, el corazón del creyente se siente seguro y en condiciones de hacer frente, sereno, a cualquier prueba. El creyente puede orar, con espíritu de resignado: “Siempre que venga de ti, envíame lo que quieras, Dios mío”.


Todo lo que pasa en mi vida aquí

Dios me lo prepara para bien de mí.

En mis pruebas duras, Dios me es siempre fiel.

¿Por qué, pues, las dudas? Yo descanso en El.

"Lecturas Matutinas", Agosto 5, Charles Haddon Spurgeon (1834-1892)

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