El pecado vive en un disfraz; por eso es tan difícil de reconocer. El hecho de que el pecado se vea tan bueno es una de las cosas que lo hace tan malo. En orden para poder realizar su diabólico trabajo, debe presentarse a si mismo como algo que es cualquier cosa, menos pecado. Vivir en un mundo caído, es como asistir a la mas grande fiesta de disfraces. La impaciencia se disfraza de celo por la verdad. La lujuria puede disfrazarse como amor por la belleza. Chismear realiza su trabajo malévolo al vivir en el disfraz de la preocupación y la oración. Las ansias de poder y control visten la mascara de liderazgo bíblico. El temor a los hombres se viste de un corazón de siervo. El orgullo de siempre tener la razón se disfraza como amor por el consejo bíblico. El pecado simplemente nunca se presenta a si mismo como algo maligno, lo que lo hace parte de su atracción.
Paul David Tripp
Whiter Than Snow: Meditations on Sin and Mercy.
El Pecado vive en un Disfraz
28 de julio de 2008
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